

Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción
En el corazón del centro histórico de Mazatlán se alza la imponente Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción, también conocida como Catedral de Mazatlán, símbolo del arraigo religioso y la identidad urbana del puerto desde mediados del siglo XIX. Su construcción se inició en 1856, por mandato del entonces obispo Pedro Loza y Pardavé, pero fue el párroco Miguel Lacarra quien reactivó los trabajos en 1875. Así, el edificio se concluyó finalmente en 1899, y la primera misa pública se celebró el 7 de mayo de 1880, aunque la consagración definitiva del templo tuvo lugar el 7 de mayo de 1899 con la bendición de altares interiores por parte de familias influyentes de Mazatlán. La catedral está construida sobre una planta de basílica de tres naves de altura uniforme, rematadas por una cúpula octogonal con linternilla, coronada por una cruz de hierro. Su fachada se distingue por tres arcos ojuvales de marcado acento neogótico, sostenidos por pilastras que soportan un frontón triangular. Las torres gemelas de dos cuerpos exhiben remates prismáticos truncados con cruces en la cúspide. En su interior, la mezcla estilística combina elementos neogóticos con influencias neoclásicas, reflejando la estética ecléctica del siglo XIX. Los cinco altares interiores (uno central y cuatro laterales) destacan por tallas religiosas, esculturas en mármol y frescos dedicados a la Trinidad y la Inmaculada Concepción. El altar mayor incluye una escena en relieve de la Última Cena, mientras que el órgano de tubos, obra de Aristide Cavaillé-Coll (París, 1888), alguna vez sonó por primera vez el 17 de mayo de 1899, considerado un tesoro sonoro de la Basílica. La construcción se financió gracias a donaciones de empresarios locales y familias adineradas de origen católico. Uno de los benefactores destacados fue Pedro Echeguren y de la Quintana, dueño de minas, fábricas y terrenos urbanos. Se dice que prometió casarse en el templo como forma de compensar una vida antes escandalosa y poco establecida socialmente, una promesa que cumplió tras su construcción. El arquitecto a cargo fue Estanislao León, quien dirigió la construcción hasta sus fases finales antes de fallecer. Las torres, levantadas entre 1893 y 1894, se completaron poco después; aunque originalmente el diseño correspondía a Natividad González, fue León quien materializó las estructuras definitivas del templo. La Iglesia recibió el título formal de basílica menor el 12 de diciembre de 1941. En 1958, con el establecimiento de la Diócesis de Mazatlán, fue elevada a catedral, encontrando en el primer obispo Miguel García Franco una figura central: sus restos descansan dentro del templo, bajo la capilla de Guadalupe. Con una extensión aproximada de 9,000 m², la catedral es el mayor templo religioso de Mazatlán. Forma parte del Centro Histórico y de la identidad simbólica de la ciudad. Su atrio rodeado por una reja alberga monumentos dedicados a Cristo Rey y al indio Juan Diego, representando la historia religiosa de la región. Es común verla como telón de fondo en eventos culturales, misas dominicales multitudinarias y visitas. La Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción es mucho más que un edificio: es la piedra angular de la religiosidad, arquitectura y memoria colectiva de Mazatlán. Desde su edificación en 1856, pasando por su estilo ecléctico, su estatus eclesiástico en 1941 y su continuidad como catedral desde 1958, ha sido testigo del desarrollo urbano y espiritual del puerto. Hoy sigue firme como símbolo de fe, arte y patrimonio cultural.