

Pulmonías
Las pulmonías surgieron como un transporte único en Mazatlán el 20 de diciembre de 1965, por iniciativa de Miguel Ramírez Urquijo, conocido como "El Chícharo". Inspirado en pequeños triciclos de la marca Cushman, Ramírez vio la oportunidad de convertirlos en un medio de transporte práctico, fresco y atractivo para turistas y mazatlecos en pleno auge turístico de los años sesenta. Inicialmente eran triciclos para tres pasajeros, fabricados con cascos de lámina metálica y chasis de Cushman, adaptados para ofrecer recorridos por el centro y el malecón. El gobernador Leopoldo Sánchez Celis autorizó su circulación, y con 16 unidades en funcionamiento, el proyecto despegó rápidamente. En apenas tres años se contaba con más de 100 pulmonías circulando en Mazatlán, debido a su popularidad y facilidad de uso. Estos vehículos fueron rápidamente adoptados por turistas y locales por su frescura, sus recorridos al aire libre con música, y su accesibilidad en comparación con otros servicios de transporte. La denominación surge de una campaña de desprestigio orquestada por taxistas y permisionarios del transporte urbano, quienes advertían que subir a estos vehículos sin puertas podría causar “pulmonía” (la enfermedad respiratoria). Lejos de desalentar su uso, el nombre se imprimiò en la cultura mazatleca y se convirtió en su marca característica, registrada legalmente como tal. Con el crecimiento urbano y la dificultad de obtener refacciones para los triciclos originales, en 1978 se las rediseñó utilizando chasis de Volkswagen y carrocerías de fibra de vidrio. Actualmente, funcionan con motores de Volkswagen sedán, tienen cuatro ruedas, capacidad para hasta cuatro pasajeros, y su estructura sigue sin puertas para permitir la ventilación constante. La cooperativa original fundada por los primeros pulmoneros sigue vigente: la "Sociedad Cooperativa del Servicio de Transporte Popular de Mazatlán de SCL", afiliada a la CTM, opera hasta hoy con alrededor de 380 a 700 unidades registradas según distintas fuentes. En 1998 se colocó un monumento a la pulmonía sobre el malecón de Mazatlán, consolidando este transporte como símbolo local y punto obligado de fotografía turística. Se le reconoce como un ícono cultural del puerto al nivel del carnaval, las pulmonías y las aurigas. Hoy, recorrer el malecón a bordo de una pulmonía es una experiencia casi ritual para los visitantes: paseos al atardecer con brisa marina y música sinaloense, posibilidad de celebrar con amigos, y disfrute directo del aire libre. Los pulmoneros han innovado recientemente integrando decoraciones luminosas LED con temáticas de superhéroes o personajes de cultura pop para sorprender a los usuarios nocturnos. La historia de las pulmonías en Mazatlán constituye un ejemplo de ingenio local que transformó un triciclo abandonado en un patrimonio cultural viviente. Desde 1965, han transitado del entretenimiento a medio de transporte diario, consolidándose como símbolo del puerto. Hoy siguen brillando en el malecón como icono distintivo, atractivo turístico y testimonio del espíritu inventivo y alegre de Mazatlán.